Nuestra Voz - Se cierra un ciclo: ¡gracias a todos!

Queridos amigos y seguidores de esta columna, tras más de un año entregando este servicio a la comunidad hispanoparlante de Queenstown, ha llegado el momento de decir adiós. Fue en junio del año 2023 cuando la primera columna fue publicada y, desde entonces, este hermoso desafío solo ha traído resultados positivos.

La motivación para proponer esta columna al editor de Lakes Weekly Bulletin surgió cuando comencé a involucrarme más con la comunidad y comprendí que compartimos muchos de los desafíos que enfrentamos como latinos en un país tan lejano.

Para quienes no lo saben, estudié periodismo en Santiago de Chile. Trabajé más de 10 años en un canal de televisión y luego como freelance para algunas empresas. Al mudarme a Nueva Zelanda, en mi afán de adaptarme al país, comencé a hacer trabajos no relacionados con mi carrera, lo que me hizo alejarme un poco de la idea de continuar acá. Sin embargo, cuando empecé a visibilizar lo que nos conecta, surgió esta propuesta.

La unión y conexión con nuestras raíces fue lo que me impulsó. Crear un vínculo entre los latinos y la revista, y entregar un servicio que pudiera ayudar, ofrecer información, orientación, y contar historias de quienes están acá, haciendo cosas, intentando progresar.

Estamos tan lejos y a veces cuesta tanto sentirse de nuevo como en casa, sobre todo por la barrera del idioma que, por mucho que lo dominemos, puede transformarse en un obstáculo cuando queremos expresar nuestras ideas o emociones. Una columna exclusivamente en español en un medio completamente en inglés era algo novedoso, pero sin duda, un aporte.

De esta manera, tras mucha reflexión y en la búsqueda de nuevos desafíos, esta columna llega a su fin, no sin antes agradecer a las decenas de personas que hicieron posible que siguiera adelante.

Muchas gracias a todos quienes aceptaron participar, entregando sus testimonios de vida, hablando de sus emprendimientos y de lo que los motiva, siempre desde la humildad y con respeto, dando su tiempo y apoyo a la iniciativa.

Me identifico con tantas de las historias y retos que se han plasmado en esta columna, y eso me ayuda a comprender que somos todos muy parecidos, por lo que construir una comunidad más fuerte es primordial.

Agradezco a David Gibbs por abrirme las puertas a esta maravillosa oportunidad. Él creyó en el proyecto apenas se lo propuse y siempre me brindó su apoyo incondicional. Sin su respaldo, nada de esto hubiera sido posible.

No puedo dejar de mencionar a todos los lectores que semana a semana dedicaron su tiempo a leer estas palabras. Su retroalimentación fue esencial para mejorar y hacer más visibles las necesidades de nuestra comunidad. Sus comentarios, sugerencias y palabras de aliento fueron el motor que me impulsó a seguir escribiendo con pasión y dedicación.

Finalmente, quiero despedirme con la esperanza de que este espacio haya dejado una huella positiva en cada uno de ustedes. Les deseo todo lo mejor en sus proyectos y sueños. Y que esta maravillosa comunidad latina en Queenstown siga fortaleciéndose y creciendo para que nunca calle NUESTRA VOZ.

 

 

 

English Translation

 

A Chapter Closes: Thank You All!

Dear friends and followers of this column, after more than a year of providing this service to the Spanish-speaking community in Queenstown, the time has come to say goodbye. It was in June 2023 when the first column was published, and since then, this beautiful challenge has only brought positive results.

The motivation to propose this column to the editor of Lakes Weekly Bulletin arose when I began to become more involved with the community and realized that we share many of the challenges we face as Latinos in such a distant country.

For those who don’t know, I studied journalism in Santiago, Chile. I worked for over 10 years at a television channel and later as a freelancer for some companies. When I moved to New Zealand, in my effort to adapt to the country, I started doing work unrelated to my career, which made me drift away from the idea of continuing here. However, when I began to highlight what connects us, this proposal emerged.

The unity and connection with our roots was what drove me. Creating a link between Latinos and the magazine, and providing a service that could help, offer information, guidance, and tell the stories of those who are here, doing things, trying to progress.

We are so far away, and sometimes it’s so hard to feel at home again, especially due to the language barrier, which, no matter how well we master it, can become an obstacle when we want to express our ideas or emotions. A column exclusively in Spanish in a completely English medium was something novel, but undoubtedly, a contribution.

Thus, after much reflection and in search of new challenges, this column comes to an end, but not without first thanking the dozens of people who made it possible for me to continue.

Thank you very much to everyone who agreed to participate, sharing their life stories, talking about their ventures and what motivates them, always with humility and respect, giving their time and support to the initiative.

I identify with so many of the stories and challenges that have been reflected in this column, and it helps me understand that we are all very similar, so building a stronger community is essential.

I am grateful to David Gibbs for opening the doors to this wonderful opportunity. He believed in the project as soon as I proposed it and always gave me his unconditional support. Without his backing, none of this would have been possible.

I cannot forget to mention all the readers who week after week dedicated their time to reading these words. Your feedback was essential to improve and make the needs of our community more visible. Your comments, suggestions, and words of encouragement were the fuel that drove me to continue writing with passion and dedication.

Finally, I want to say goodbye with the hope that this space has left a positive mark on each of you. I wish you all the best in your projects and dreams. And may this wonderful Latino community in Queenstown continue to strengthen and grow so that NUESTRA VOZ is never silenced.